Windows 7 es un sistema operativo que, pese a haber sido lanzado en 2009, sigue dando de qué hablar. Aunque hoy ocupa un lugar marginal en el ecosistema de Microsoft, aún mantiene una cuota activa de usuarios que lo mantienen vivo. Esta semana, el veterano sistema vuelve a ser noticia, no por un nuevo parche o alguna función inesperada, sino por el cierre de un misterio técnico sin resolver durante 16 años: el retraso de 30 segundos al iniciar cuando se usaban fondos de pantalla de color sólido.
Un bug escondido desde 2009
Como reveló recientemente TechSpot, al momento de su lanzamiento, Windows 7 presentaba un fallo que podía ralentizar el arranque del sistema hasta por medio minuto. El motivo era tan curioso como inesperado: el uso de fondos de pantalla de color sólido.
En detalle, el sistema esperaba a que todos los elementos visuales del escritorio (iconos, barra de tareas y fondo) se cargaran correctamente antes de permitir el acceso completo al entorno gráfico. Si uno de estos componentes no estaba presente o se generaba un conflicto, el proceso se detenía hasta que se cumpliera el tiempo de espera.
Esto no se trataba de una característica de ahorro energético ni de una decisión deliberada de diseño, sino de un error que afectó también a usuarios que empleaban políticas de grupo para ocultar elementos del escritorio. El fallo se replicó incluso en versiones como Windows Server 2008 R2, pero fue corregido por Microsoft algunas semanas después, aunque sin mucha visibilidad pública.
Un sistema que se niega a morir
A pesar del paso de los años y la falta de soporte oficial, Windows 7 aún mantiene una cuota cercana al 2,5% de usuarios activos. Su longevidad ha sido impulsada en parte por su compatibilidad con plataformas populares como Steam hasta hace poco tiempo, y por el respaldo de algunas herramientas como el navegador Firefox, que sigue ofreciendo soporte.
Este caso, sin embargo, evidencia cómo incluso errores menores pueden afectar significativamente la experiencia del usuario, especialmente cuando se acumulan sin una solución clara por largos periodos. También refuerza la importancia de las actualizaciones, incluso en sistemas considerados estables.
La resolución tardía de este bug no cambia la percepción general de Windows 7 como uno de los sistemas más sólidos de Microsoft. Muchos usuarios aún lo consideran un hito en comparación con el criticado Windows Vista, y su vigencia en algunos entornos refleja esa confianza persistente.